Sunday, May 14, 2006

La Paradoja de la Globalización


Por Guy Verhofstadt, Primer Ministro de Bélgica y actual presidente de la Unión Europea.

Nota de la Redacción
Resulta increíble que una persona de tan alto rango pueda decir cosas tan inconexas. Se dirige inicialmente con todo tipo de generalizaciones torpes a los que denomina “Antiglobalizadores”, metiendo en una bolsa a la mayoría de la humanidad que no goza de los beneficios de algo indiscutiblemente universal, evolutivo y positivo como la Globalidad y a los que tilda de derechistas, racistas, populistas, fanáticos religiosos, incultos, antidemocráticos y deseosos de retrotraerse a la edad de piedra.

Luego de las diatribas reconoce que la Globalización actual es egoísta y propone una Globalización Ética y la creación de una entidad internacional superadora del G-8. Como positivo realiza una autocrítica al cerrar su discurso refiriéndose a las diferencias existentes entre los países ricos del Norte y los pobres del Sur, diciendo:

“Puesto que en este aspecto ustedes tienen razón, incluso cuando tengamos las mejores intenciones, a menudo estamos más interesados en los intereses de una compañía petrolera multinacional, o de los remolacheros europeos, que de la suerte del pueblo de Ogoni en el delta del Níger, o los escasos ingresos de los trabajadores de las plantaciones de caña de azúcar en Costa Rica.”

Mensaje a los antiglobalizadores

Seattle, Göteborg, Génova... Miles de personas que salen a la calle a expresar su opinión. Un alivio en nuestra época postideológica. Si no fuera solamente violencia inútil, hasta darían ganas de aplaudir. La antiglobalización forma una resistencia bienvenida en una época en la que la política se ha vuelto estéril, aburrida y técnica. Esta resistencia es buena para nuestra democracia. Sin embargo, ¿Qué es lo que realmente quieren decirnos ustedes, los anti-globalizadores? ¿Desean reaccionar con violencia ante cualquier forma de propiedad privada, como el black bloc?, o bien, ¿son adeptos al movimiento slow food, un club mundano que edita lujosos folletos en donde siempre se pregona el consumo de alimentos correctos en los mejores restaurantes?

El principio del mensaje alcanza casi nivel de grosería. No participamos de la idea del fin de las ideologías pues ello significaría que el ser humano involuciona. Creemos que la evolución no se ha detenido, todo lo contrario. La misma globalización es una ideología, lo que ha ocurrido es que no ha surgido sobre la base de ideas fuerza sino que ha sido el resultado de una acción conjunta y sinérgica del crecimiento, del neocapitalismo y de la alta tecnología. Es decir, no surge del crecimiento, ni del capitalismo ni de las motivaciones científicas que impulsan la alta tecnología sino de la sinergia de su acción conjunta.
¿Qué hay repentinamente de malo en la globalización? Hasta hace poco, incluso los intelectuales progresistas alababan el comercio mundial, que va a llevar prosperidad y bienestar a países en los cuales antes sólo había pobreza y recesión. Y con razón. La práctica nos muestra que cada porcentaje de apertura extra en la economía de un país hace aumentar en un 1% el ingreso per cápita de su población. Esto explica la riqueza de los habitantes de Singapur, en agudo contraste con la pobreza en la economía cerrada de Myanmar.

No se ponen en tela de juicio las ventajas macroeconómicas de la Globalidad. Lo que se cuestiona es la distribución de sus beneficios. Puede demostrarse y vamos a intentarlo en nuestra próxima entrega, que incluso sin reacción violenta, la Globalización sin distribución justa lleva a la larga al colapso de la economía mundial.

Hasta la cumbre de Seattle, la mundialización no era un pecado, sino una bendición para la humanidad. Un enorme contraste con la extrema derecha que seguía insistiendo acerca de la pérdida de identidad. Sin embargo, desde entonces, ustedes reniegan de la globalización como una especie de peste bubónica que solamente siembra pobreza y ruinas.

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