Saturday, February 18, 2006

Neoliberalismo Colombiano


Los neoliberales colombianos, ante la evidencia irrefutable del descalabro del modelo especulativo de acumulación -próximo a diluirse como fuego de artificios-, desinflando los activos construidos sobre la base de un crecimiento irreal de la riqueza, levantaron el criterio de edificar una economía regida por el principio de la libertad de los mercados competitivos internacionales.

El proyecto neoliberal creyó falsamente que el culpable del agotamiento de la potencialidad productiva del país era el viejo modelo de sustitución de importaciones, de marca claramente cepalina. Erróneo principio de partida, porque dicho modelo, en realidad, jamás se implementó con exactitud en Colombia. El principio neoclásico de desregular los mercados disminuyendo la participación activa del Estado en la economía fue gravemente interpretado y llevado a la práctica en Colombia desde el comienzo. Se destrozó así la posibilidad de un proceso serio de sustitución de importaciones, de tal forma que el neoliberalismo, en lugar de ser una moda contemporánea, siempre ha existido en el país. Es más, resulta innecesario agregar el prefijo "neo" -válido en países que habían construido modelos diferentes al liberal- para retomar después el sistema.

Por ello, la reforma gavirista no produjo el revolcón económico esperado. El proyecto antimonopolista neoliberal culminó ante la evidencia de la imposibilidad de incentivar la competencia privada en el país, en un plan que priorizó el desmantelamiento de los monopolios estatales en la producción y los servicios. Los monopolios estatales pasaron de inmediato bajo la propiedad de los privados y el neoliberalismo colombiano terminó así en un proyecto político cooptado por los intereses monopolistas, contrariando suès propias raíces filosóficas.
El gavirismo económico no fue sino un episodio más que refrendó el desenvolvimiento espontáneo del modelo liberal de desarrollo, entregando un espacio, antes vedado, para la apropiación privada. El fracaso estrepitoso reveló la imposibilidad de pensar en un idílico modelo de libertad competitiva, ya rebasado en la historia de la humanidad, como mecanismo básico de un proyecto antimonopolista. Algo tan platónico e ilusorio como pensar en su contrario: un plan económico que buscara la erradicación de los monopolios privados, mediante la construcción de monopolios estatales. Lo mismo ocurre con el llamado modelo de "economía mixta", que pretende una convivencia de monopolios privados y estatales en la economía.

Estas fórmulas de superación del modelo especulativo de desarrollo no sólo han fracasado ya en otros escenarios internacionales, sino que además son el reflejo de un empecinado esfuerzo por imitar una modernidad extraña e imponer por la fuerza un criterio occidental de modernización, que en nada tiene en cuenta a la propia latinoamericanidad.

Un proyecto antimonopolista debe, ante todo, recoger del ideario neoclásico la posibilidad de construir un modelo granjero en las mejores tierras del país, redistribuyéndola y devolviendo la actual frontera agraria a su estado previo. La reforma agraria como proyecto antimonopolista no sólo tiene un efecto en la refocalización de la inversión privada hacia la economía productiva, sino que además ataca en la base la fuente de una mentalidad dirigente conservadora y autoritaria, al mismo tiempo que resquebraja definitivamente la influencia premoderna de los grandes hacendados legales e ilegales en la dirección económica y política del país.

2 comments:

MORALCOLOMBIANA said...

Si. La realidad actual de la Economía Colombiana, es una TRAMPA.

D. said...

Hablando de trampas, Colombia nunca fue "neoliberal".

¿Podría definir qué es "neoliberalismo"? ¿Y qué porcentaje de su definición ha sido aplicada a Colombia? ¿Y de paso, si no es mucha molestia, argumentar por qué sólo el porcentaje aplicado es responsable del descalabro económico que sufrimos, y las prácticas tradicionales no lo serían?

Finalmente, la causa de nuestro subdesarrollo no está en el neoliberalismo. Al contrario, está en su ausencia o su falta de rigurosidad a la hora de aplicarlo. Si el país ha sido subdesarrollado desde siempre, incluso desde antes del "neoliberalismo", no es nada lógico concluir que el "neoliberalismo" sea el culpable de tanta desgracia.

Palabras clave: neoliberalismo, mexico, chile, crecimiento, reduccion pobreza